Múltiples consideraciones se requieren en el proceso de creación de un biohuerto que se desea educativo: el clima, la geografía, la historia, el patrimonio lingüístico que
se ha forjado a partir de la relación del hombre con su terruño, el tejido social, las creencias ... elementos que componen aquello que se denomina cultura.
El Biohuerto Educativo se erige entonces como un hito necesario que viabiliza el avance a lo largo del camino que han tomado todos aquellos involucrados en la dinámica de
la vida que los conduce hacia el establecimiento de una nueva y armoniosa relación con la naturaleza. Participa así en el advenimiento de una cultura cuyos elementos están al servicio de la
vida.
Una cultura, una nueva agri - cultura, que le permita al ser humano aproximarse a la Naturaleza respetando la vida de las especies que coexisten con él en su seno.
Estimulando al mismo tiempo el surgimiento de lazos fraternales entre los seres humanos, haciendo de ellos seres más humanos. Verdaderamente humanos.